La Séptima Llave: el secreto mejor guardado de los Perea

Durante siglos, las confiterías de Jerez han sido más que simples obradores de dulces: han sido bastiones silenciosos de una magia ancestral, cuidadosamente resguardada por la familia Perea. Siete confiterías, siete llaves, siete custodios del azúcar encantado. Cada establecimiento protege una parte del hechizo que mantiene sellada una fuerza oscura bajo los cimientos de la ciudad. Y aunque seis llaves siguen en manos conocidas, hay una de la que nadie habla. La llave perdida. La séptima. Según el Libro de las Dulces Alquimias, escrito por Joaquina Perea en 1857, las llaves fueron creadas con ingredientes imposibles: una gota de rocío de la mañana de Reyes, un grano de azúcar del primer refinado de la historia, una hebra de cabello de una santa olvidada y el aroma embotellado del azahar de la frontera. Pero la séptima llave, la más enigmática, fue forjada con un ingrediente más: el recuerdo. "El sabor que nunca se olvida... contiene la llave que nunca se encuentra", escribió ...